La homeostasis

¿Qué es la homeostasis?

La homeostasis es la capacidad que tiene nuestro cuerpo para regular y mantener las condiciones internas estables, a pesar de los cambios en nuestro entorno y en nuestro interior.

Pero ¿qué significa exactamente eso? Significa que nuestro cuerpo tiene la capacidad de regular diferentes factores, como la temperatura, los niveles de glucosa o los líquidos, entre muchos otros, para mantener nuestro bienestar. Nuestro cuerpo está constantemente vigilándose a sí mismo y al entorno, detectando cualquier cambio que pueda amenazar nuestro equilibrio. Cuando se detecta una desviación, se activan mecanismos de regulación para corregir el problema y restablecer la homeostasis.

El sistema nervioso y el sistema endocrino tienen un papel crucial en la homeostasis. El sistema nervioso transmite señales eléctricas para coordinar las respuestas más rápidas y, por otro lado, el sistema endocrino utiliza hormonas para enviar mensajes químicos más lentos pero también más duraderos.

 

Mecanismos de regulación homeostática

Nuestro cuerpo tiene diversos mecanismos que son capaces de detectar cambios y activar las respuestas necesarias para contrarrestarlos y así mantener la homeostasis. Algunos de los mecanismos con los que cuenta nuestro cuerpo para mantener la homeostasis son:

  • Temperatura corporal: Cuando hace frío, el sistema nervioso detecta la disminución de la temperatura y desencadena una serie de respuestas, como la constricción de los vasos sanguíneos para reducir la pérdida de calor o el temblor muscular para generar calor. Por otro lado, cuando hace calor, se produce la respuesta contraria, la dilatación de los vasos sanguíneos para permitir que el calor se disipe y se estimulan las glándulas sudoríparas para enfriar el cuerpo.
  • Glucosa en la sangre: Cuando los niveles de glucosa aumentan después de una comida, el páncreas libera insulina, para que las células la absorban y almacenen en forma de glucógeno en el hígado. Por el contrario, cuando los niveles de glucosa disminuyen, el páncreas libera glucagón y esto desencadena la liberación de la glucosa almacenada en el hígado.
  • Presión arterial: Cuando la presión arterial aumenta, se activan la dilatación de los vasos sanguíneos, la disminución del ritmo cardíaco y la reducción de la retención de líquidos, para disminuir la presión arterial. Si, por el contrario, la presión arterial disminuye, se desencadenan respuestas contrarias para aumentarla.
  • Sistema inmunológico: Cuando nuestro cuerpo se enfrenta a microorganismos que pueden dañarnos, el sistema inmunológico activa la producción de anticuerpos y activa células especializadas, para combatir las infecciones y restaurar la homeostasis.
  • Sistema gastrointestinal: Al hacer la digestión, el sistema gastrointestinal absorbe los nutrientes necesarios y elimina los desechos que no necesitamos. También puede almacenar una variedad de bacterias beneficiosas que nos ayudan en la digestión y en el sistema inmunológico, contribuyendo así a mantener un equilibrio interno saludable.

En cada uno de estos procesos homeostáticos intervienen diferentes sistemas y órganos en nuestro cuerpo, como el sistema nervioso, el sistema endocrino, el sistema cardiovascular, los riñones y otros.

 

¿Qué puede alterar la homeostasis?

Existen factores tanto internos como externos que pueden influir en la capacidad de nuestro cuerpo para mantener el equilibrio interno. Algunos de estos factores son:

  1. Estrés: Cuando nos enfrentamos a situaciones estresantes, nuestro cuerpo activa una respuesta de “lucha o huida” que desencadena el aumento la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la liberación de hormonas del estrés, como el cortisol y la adrenalina. Estos cambios temporales pueden ser beneficiosos en situaciones de emergencia, pero el estrés crónico y prolongado puede desregular la homeostasis y tener efectos negativos para nuestra salud a largo plazo.
  2. Desequilibrios nutricionales: Una alimentación desequilibrada puede afectar de forma negativa a la función de nuestras células y órganos, y provocar deficiencias nutricionales, desequilibrios metabólicos y aumentar el riesgo de diversas enfermedades crónicas.
  3. Cambios ambientales extremos: Las temperaturas extremas pueden sobrepasar la capacidad de los mecanismos de regulación de nuestro cuerpo y afectar negativamente la homeostasis.
  4. Enfermedades: Enfermedades como la diabetes, la hipertensión o los trastornos hormonales pueden alterar la función adecuada de nuestro cuerpo. Además, las enfermedades autoinmunes pueden atacar y dañar los órganos encargados de mantener la homeostasis, como los riñones, el hígado o el sistema endocrino.
  5. Medicamentos y sustancias tóxicas: Algunos medicamentos y sustancias tóxicas como el alcohol o el tabaco, pueden afectar a los mecanismos de regulación del cuerpo.
  6. Trastornos de ansiedad: Los trastornos de ansiedad pueden afectar a nuestro Sistema Nervioso Autónomo, que controla funciones como la frecuencia cardíaca, la respiración y la presión arterial, lo que puede causar efectos negativos en el sistema cardiovascular y otros sistemas corporales.
  7. Trastornos del estado de ánimo: Trastornos como la depresión y el trastorno bipolar, pueden alterar el Sistema Nervioso Central afectando a ciertos neurotransmisores y hormonas. Estos desequilibrios pueden facilitar que aparezcan ciertos síntomas característicos de estos trastornos como cambios en el apetito, alteraciones del sueño o fatiga, entre otros.

La capacidad de nuestro cuerpo para mantener la homeostasis puede variar por muchos factores como la edad, el estado de salud general, la genética o el estilo de vida. Llevar un estilo de vida saludable, con una alimentación equilibrada, practicar ejercicio regularmente, realizar actividades que nos ayuden a gestionar mejor el estrés y evitar el consumo de sustancias tóxicas, puede ayudar a la homeostasis.

 

¿Cómo puedo recuperar la homeostasis?

Es importante que contemos con especialistas de la salud que puedan evaluar cuál es nuestro estado en cuanto al equilibrio de nuestro organismo y que nos ayuden a restaurar la homeostasis.

La Psiconeuroinmunología (PNI) se enfoca en la interacción entre los procesos psicológicos y los sistemas inmunológico, endocrino y nervioso en el cuerpo humano. Su objetivo principal es comprender la relación entre la mente y los sistemas responsables de mantener la homeostasis de nuestro organismo: el sistema nervioso (SN Central y SN Autónomo), el sistema inmunológico y el sistema endocrino. La PNI pretende aportar estrategias que promuevan la salud y el bienestar. Esto puede incluir intervenciones psicológicas, cambios en el estilo de vida, técnicas de manejo del estrés o el uso de suplementos vitamínicos o fármacos.

El Neurofeedback también puede ser útil en casos de desregulación emocional, ansiedad, insomnio y otros trastornos que afectan la homeostasis. Al entrenar y fortalecer las ondas cerebrales, se puede mejorar la función cerebral y la sintomatología del paciente.

En Neuroscenter, contamos con profesionales especializados en este tipo de intervenciones, entre otras, que pueden ayudarte en la evaluación de tu caso y en la mejora de tu bienestar. Tenemos centros en Barcelona y Girona y también la opción de realizar terapia online.

 

 

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