Efectos de los ansiolíticos

Los ansiolíticos son medicamentos que se utilizan para tratar síntomas de ansiedad o trastornos como: el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno obsesivo-compulsivo o la fobia social, entre otros.

Aunque estos fármacos pueden facilitar la reducción de la ansiedad, es importante tener en cuenta que, como cualquier medicamento, los ansiolíticos pueden tener efectos secundarios y riesgos para la salud.

¿Qué son los ansiolíticos?

Los ansiolíticos ayudan a reducir la ansiedad actuando sobre nuestro sistema nervioso central, disminuyendo su actividad, haciendo así que ciertos síntomas se alivien e incluso desaparezcan. Estos psicofármacos siempre deben ser recetados por un médico, que será quién valore qué tipo de ansiolítico puede ser el más adecuado para cada caso particular.

¿Qué tipos de ansiolíticos hay?

Hay varios tipos de ansiolíticos que se diferencian por la forma en la que actúan y producen su efecto.

Benzodiazepinas

Las benzodiazepinas son los ansiolíticos más utilizados. Ejemplos de benzodiazepinas son: alprazolam (Xanax), diazepam (Valium), lorazepam (Ativan) y clonazepam (Klonopin).

Las benzodiazepinas funcionan aumentando la actividad del GABA, un neurotransmisor que disminuye la actividad en el cerebro. Al aumentar la actividad del GABA, las benzodiazepinas tienen un efecto sedante y ansiolítico.

Estos fármacos deben usarse para tratar la ansiedad aguda a corto plazo, ya que no están recomendados para usarse a largo plazo por el riesgo que tienen de causar dependencia física y psicológica en quién las toma.

Antidepresivos

Los antidepresivos también pueden utilizarse para tratar la ansiedad. Algunos antidepresivos que se usan habitualmente son:

  • Los Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina (ISRS), como la fluoxetina (Prozac) y la sertralina (Zoloft), actúan aumentando los niveles de serotonina en el cerebro, un neurotransmisor que se ha asociado con el estado de ánimo y la ansiedad.
  • Los Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina y Noradrenalina (ISRN), como la venlafaxina (Effexor) y la duloxetina (Cymbalta), aumentan tanto la serotonina como la noradrenalina. La noradrenalina se ha relacionado con la respuesta al estrés y la ansiedad.
  • Los Inhibidores de la Recaptación de Noradrenalina (IRN), como la desipramina (Norpramin) y la nortriptilina (Pamelor), aumentan los niveles de noradrenalina en el cerebro.

Buspirona

La buspirona es otro tipo de ansiolítico que actúa sobre los niveles de serotonina en el cerebro. Este medicamento tarda más tiempo en actuar que las benzodiazepinas y los antidepresivos, pero no causa dependencia física ni psicológica.

Beta-Bloqueantes

Los Beta-Bloqueantes son medicamentos que se utilizan para tratar la presión arterial y otras enfermedades coronarias, pero también se ha visto que pueden ser eficaces para el tratamiento de la ansiedad. Estos medicamentos, al bloquear los efectos de la adrenalina, pueden reducir los síntomas físicos de la ansiedad como la sudoración, los temblores o la taquicardia.

Efectos negativos de los ansiolíticos

Aunque los ansiolíticos pueden ser efectivos para tratar la ansiedad, también pueden tener efectos secundarios y riesgos para la salud. Estos efectos pueden variar según el tipo de ansiolíticos, pero algunos de los más comunes son:

  1. Dependencia y adicción: especialmente las benzodiazepinas, pueden causar dependencia física y psicológica si se toman durante un período de tiempo prolongado. Si se detiene su consumo tras haberlas tomado durante algunas semanas, es común que se experimente síndrome de abstinencia.
  2. Somnolencia: pueden causar somnolencia y, por lo tanto, afectar a nuestra capacidad de concentración y atención.
  3. Confusión y desorientación: especialmente en personas mayores, los ansiolíticos pueden causar cierta confusión y desorientación.
  4. Mareo: los ansiolíticos pueden generar sensación de mareo o de estar aturdido, lo que puede aumentar el riesgo de caídas.
  5. Debilidad muscular: especialmente las benzodiazepinas, pueden causar debilidad muscular y fatiga.
  6. Problemas de coordinación: pueden afectar a la coordinación y el equilibrio.
  7. Problemas de memoria: el consumo de ansiolíticos puede terminar afectando a la memoria a corto plazo y a la capacidad de aprender.
  8. Problemas gastrointestinales: náuseas, vómitos, diarrea y otros problemas gastrointestinales.
  9. Cambios de humor: a algunas personas les puede generar cambios de humor, irritabilidad y agitación.
  10. Problemas sexuales: los ansiolíticos pueden repercutir en la vida sexual de diferentes formas: disminución de la libido, disfunción eréctil o dificultad para alcanzar el orgasmo.
  11. Aumento de peso: el consumo de ansiolíticos puede ir acompañado del aumento del apetito que puede causar aumento de peso.

 

Alternativas a los ansiolíticos

Existen diversas alternativas a los ansiolíticos que pueden ser tan eficaces como éstos:

  • La terapia psicológica se centra en trabajar aquellos pensamientos y comportamientos que pueden estar causándonos o manteniendo los síntomas de ansiedad. Existen diferentes enfoques y técnicas para llevar a cabo la terapia, por ejemplo, el EMDR. Concretamente el EMDR se centra en aquellos episodios traumáticos que han podido facilitar la aparición de la ansiedad.
  • Las técnicas de relajación se utilizan para reducir el estrés y la ansiedad. Se pueden realizar centrándonos en la respiración, en la tensión muscular o la visualización, según la técnica que se utilice.
  • El Neurofeedback es una técnica terapéutica no invasiva que se basa en entrenar al cerebro para que funcione de manera más eficiente. El Neurofeedback se utiliza cada vez más como una alternativa a los ansiolíticos para el tratamiento de la ansiedad.

Si bien los ansiolíticos pueden ser efectivos para tratar la ansiedad, un psiquiatra debe valorar y hacer un seguimiento de cada caso particular.

Es importante que tengamos en cuenta las opciones de tratamiento que pueden ser igual de eficaces y pueden tener menos riesgos para nuestra salud que los ansiolíticos.

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