¿Soy adicto/a a las redes sociales?

Las redes sociales han cambiado completamente la forma en la que nos comunicamos y conectamos con el mundo. Estas plataformas nos permiten estar constantemente conectados con personas de todo el mundo. Sin embargo, también debemos ser conscientes de los desafíos psicológicos que suponen las redes sociales.

 

¿Qué es la adicción a las redes sociales?

No todas las personas que usan las redes sociales desarrollan una adicción. Es posible usar este tipo de plataforma de forma saludable, convirtiéndolas en herramientas que pueden aportarnos muchas cosas positivas. Sin embargo, cuando el uso de las redes sociales comienza a interferir con nuestras responsabilidades diarias, relaciones interpersonales y bienestar emocional, es cuando se debemos considerar que las redes sociales nos están afectando negativamente.

La adicción a las redes sociales es una forma de dependencia comportamental. A diferencia de las adicciones a sustancias, como el alcohol o las drogas, en el caso de la adicción a las redes sociales no existe una sustancia química externa que altere el funcionamiento de nuestro cerebro.

El problema principal es el uso excesivo y descontrolado de las redes sociales, lo que puede traernos una serie de consecuencias negativas en diferentes aspectos de nuestra vida. A las personas con esta adicción puede resultarles muy difícil controlar la cantidad de tiempo que pasan en estas plataformas y sienten una compulsión irresistible de revisar constantemente sus cuentas, incluso cuando desearían dejar de hacerlo.

 

Señales y síntomas de la adicción a las redes sociales

En la actualidad, el uso de estas plataformas es muy común, por lo que puede resultar complicado identificar cuándo este comportamiento se está volviendo problemático. Hay algunas señales y síntomas que pueden indicar un uso poco saludable de las redes sociales:

·      Uso excesivo: Pasar muchas horas en las redes sociales, incluso en momentos inapropiados o cuando deberíamos estar haciendo otras tareas importantes. Además de la cantidad de horas, lo importante es en qué grado se ve alterada nuestra vida.

·      Descuido de responsabilidades y necesidades: El tiempo dedicado a las redes sociales hace que ignoremos ciertas obligaciones, que durmamos menos horas, descuidemos ciertos cuidados personales, etc.

·      Búsqueda constante de validación: Necesidad constante de recibir likes, comentarios o la aprobación de los demás para sentirnos bien con nosotros mismos.

·      Dificultad para desconectarse: Sentir la necesidad imperiosa de revisar constantemente las redes sociales y experimentar ansiedad o irritabilidad cuando no se puede acceder a ellas.

·      Aislamiento social: La interacción online con otras personas se prioriza a las relaciones cara a cara con amigos y familiares.

·      Deterioro en el rendimiento académico o laboral: El uso excesivo afecta negativamente el rendimiento en la escuela, el trabajo o en otras áreas de la vida.

Es importante tener en cuenta que no podemos evaluar nuestro caso por la presencia o ausencia de estos síntomas, es esencial que sea un profesional de la salud mental cualificado quien realice un diagnóstico preciso.

Factores psicológicos que contribuyen a la adicción a las redes sociales

Uno de los factores más relevantes a tener en cuenta en los trastornos de adicción es el circuito de recompensa. Este circuito está vinculado a la liberación de neurotransmisores, en especial la dopamina, que juega un papel clave en nuestro sistema de recompensa cerebral.

Varias áreas cerebrales están implicadas en este circuito, pero las consideradas más importantes son: el área tegmental ventral, el núcleo accumbens, el hipocampo, la amígdala y la corteza prefrontal. Cuando experimentamos placer por algo que hacemos, nuestro cerebro libera dopamina, lo que nos hace sentir bien y esto refuerza las sinapsis y por tanto la conexión entre la acción que hemos realizado y el sentimiento de placer.

Las redes sociales están diseñadas para activar este sistema de recompensa. Cada vez que recibimos una notificación, un like o un comentario, nuestro cerebro libera dopamina, creando una sensación de satisfacción. Esto refuerza nuestro comportamiento y nos hace buscar de nuevo este tipo de interacciones en las redes sociales para repetir esta sensación.

El problema surge cuando este ciclo de recompensa se convierte en un hábito compulsivo y adictivo. Cuanto más buscamos esta satisfacción en las redes sociales, más se refuerza este circuito y esto puede llevar a que usemos de forma excesiva y descontrolada las redes sociales.

Además, las notificaciones instantáneas y la posibilidad de recibir reconocimiento social de manera inmediata, potencia aún más el circuito de recompensa, ya que nuestro cerebro está diseñado para responder de forma positiva a la inmediatez y a la novedad, lo que aumenta la capacidad adictiva de estas plataformas.

 

El papel de las emociones en la adicción a las redes sociales

Para algunas personas, el uso de las redes sociales puede ser una forma de escapar de los problemas emocionales de “la vida real”. Cuando nos sentimos solos, estresados o tristes, podemos buscar consuelo en estas plataformas.

Las personas con baja autoestima pueden recurrir a las redes para recibir la aprobación y validación de los demás, buscando sentirse mejor con ellos mismos. El problema es que esta validación puede ser fugaz y superficial y nos puede arrastrar a un ciclo de búsqueda de aprobación constante.

Por otro lado, las redes sociales también nos llevan a compararnos con la imagen que exponen los demás sobre ellos mismos y esto puede generar un descontento con nuestra realidad. Cuando vemos imágenes cuidadosamente seleccionadas de las vacaciones paradisíacas, los logros profesionales, las relaciones perfectas y los momentos felices que otras personas comparten en sus perfiles, es natural que nos sintamos tentados a comparar nuestras propias vidas con las de ellos.

La comparación constante puede generarnos sentimientos de envidia y frustración. Es importante recordar que las redes sociales muestran una versión filtrada y sesgada de la vida de las personas y no representan la totalidad de su vida.

 

Qué hacer para prevenir y tratar la adicción a las Redes Sociales

Prevención

Algunas estrategias que pueden ayudar a prevenir este uso poco saludable de las redes sociales son:

·      Educación sobre el uso responsable: es fundamental educar a las personas sobre los riesgos que puede tener el uso excesivo de las redes sociales y cómo mantener una relación saludable con la tecnología.

·      Establecer límites de tiempo: Fomentar la autorregulación y establecer límites claros para el tiempo que dedicamos a las redes sociales. Existen aplicaciones que monitorean y limitan el tiempo de uso diario.

·      Promover otro tipo de actividades: Participar en actividades sociales y recreativas fuera de las redes sociales. Buscar la conexión cara a cara con amigos y familiares puede ayudarnos a equilibrar   la importancia de las relaciones online.

·      Desactivar notificaciones: Las notificaciones constantes pueden ser una fuente de distracción y compulsión. Desactivar las notificaciones nos evita esta urgencia de revisar constantemente las redes sociales.

·      Cultivar la autoestima: Trabajar en la autoaceptación y la autoconfianza es esencial para reducir la necesidad de buscar validación externa en las redes sociales.

 

Tratamiento

En los casos en los que ya se ha establecido esta adicción a las redes sociales o se están empezando a dar este tipo de comportamientos perjudiciales, debemos abordarlo con la ayuda de un profesional de la salud mental.

La terapia psicológica puede ayudar a identificar las causas del problema y desarrollar estrategias para cambiar estos patrones perjudiciales de comportamiento.

El equipo de profesionales que conforman Neuroscenter puede ayudarte a trabajar en ello desde el enfoque y la terapia que sea más apropiada para tu caso en particular. Realizamos terapia tanto de forma presencial, en Barcelona y Girona, como online.

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