Neurofeedback en la Enfermedad de Alzheimer

Los estudios realizados sobre el cerebro de pacientes diagnosticados con Enfermedad de Alzheimer (EA) evidencian que estas personas se caracterizan por tener ciertos patrones de actividad eléctrica neuronal que se relacionan con el mal funcionamiento cerebral. La identificación de estos patrones permite intervenir sobre ellos por tal de obtener beneficios en ciertas áreas que están afectadas por la enfermedad de alzheimer, concretamente a través de la realización de Neurofeedback.

Afectación cerebral en la Enfermedad de Alzheimer

Marcadores electroencefalográficos

Las personas con Enfermedad de Alzheimer comparten ciertos patrones Electroencefalográficos característicos de esta enfermedad.

Uno de los primeros indicadores que se puede ver, ya que suele aparecer desde los inicios de la enfermedad, es un aumento de ondas lentas y una disminución de ondas rápidas, lo que produce un enlentecimiento general del Electroencefalograma (EEG). A medida que la enfermedad va avanzando, este predominio de ondas lentas se va haciendo más notable, lo que podría estar directamente relacionado con las áreas implicadas en el funcionamiento de la memoria (lóbulos temporal y frontal).

También se ha podido observar una tendencia a que las ondas rápidas, que en personas sanas predominan en la parte posterior del cerebro, van avanzando hacia zonas medias.

Por otro lado, se produce una disminución de la complejidad de las ondas. Esto es debido a que existe una pérdida importante del número de neuronas y, por tanto, también hay una alteración funcional del cerebro.

Esta pérdida neuronal, junto con otros factores, también es responsable de la falta de sincronía que existe en las conexiones cerebrales. Esta desincronización causará que la información se transmita de forma más lenta y con mayor dificultad, afectando así a su funcionamiento.

Pruebas Neuropsicológicas

La realización de pruebas neuropsicológicas permite obtener información sobre el estado de ciertas capacidades cognitivas como: memoria, atención, capacidad verbal, capacidad numérica, lecto- escritura, entre otras.

Una de las más utilizadas en casos de demencia o sospecha de deterioro cognitivo es el Mini Mental State Examination (MMSE), ya que permite hacer un primer cribado del estado cognitivo en diferentes áreas.

Mediante la realización de este test a personas con EA se ha observado que los resultados respaldan los datos obtenidos con el EEG. En concreto, se ha constatado la existencia de déficits en la capacidad atencional, la memoria o la fluidez verbal, entre otras funciones.

Fisiología y morfología del cerebro

En la EA se produce una acumulación de placas de beta amiloides y ovillos neurofibrilares que generan cambios en la actividad neuronal y que pueden ser responsables de las alteraciones que sufren las personas con este diagnóstico. La atrofia de las neuronas del hipocampo y del neocórtex provocará que se reduzca la activación neuronal y el envío de información entre neuronas.

En la EA podemos encontrar disfunciones en gran parte de la corteza cerebral, es especialmente destacable la degeneración en el área de la Corteza Prefrontal (CPF).

La Corteza Prefrontal está implicada en lo que se denomina: Funciones Ejecutivas. Este tipo de funciones son: razonamiento, planificación, fijación de metas, toma de decisiones, iniciar y finalizar tareas, organización, atención, inhibición, flexibilidad, memoria de trabajo y anticipación. Es decir, esta área está implicada en la realización de funciones complejas y, por tanto, recibe y envía información a muchas otras localizaciones cerebrales.

Los problemas atencionales aparecen desde un inicio y se mantienen durante toda la enfermedad. Primero se verá afectada la atención selectiva y, posteriormente, la memoria episódica.

Con el envejecimiento, el nivel de actividad de la CPF va disminuyendo, pero en los casos de demencia esta disminución se produce de forma mucho más rápida e intensa.

El deterioro que se produce en la corteza frontal y temporal estará relacionado con los problemas de memoria tan característicos en la EA.

Estos cambios en la morfología y la fisiología cerebral serán los causantes de las variaciones que se producen en el EEG.

Tratamiento con Neurofeedback

Los estudios realizados con EEG han dejado claro que existen cambios en la actividad neuronal en la EA. Esta información nos permite intervenir terapéuticamente sobre estos patrones.

El Neurofeedback puede ser aplicado en estos casos para contribuir a frenar el deterioro cognitivo y mejorar ciertos aspectos de la vida del paciente.

Mediante este entrenamiento se buscará potenciar aquellas ondas que se han visto disminuidas por causa de la enfermedad y reducir las que se encuentran en exceso. De esta forma, aunque no es posible mejorar las capacidades cognitivas que ya se han visto deterioradas, sí es posible conseguir que el deterioro sea más lento.

También podrá contribuir a reducir la sintomatología ansiosa o a mejorar el estado de ánimo que frecuentemente se encuentra afectado en esta enfermedad.

Si bien es cierto que es necesario seguir investigando, los estudios clínicos realizados hasta el momento apuntan a que los pacientes con Enfermedad de Alzheimer pueden obtener importantes beneficios del entrenamiento en Neurofeedback.

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