Hasta hace pocos años se creía que la única clave para el éxito en la vida era tener un alto nivel de coeficiente intelectual. Los nuevos descubrimientos de las investigaciones científicas y sociales han detectado otro factor que cuenta como el IQ incluso más para el éxito y la satisfacción personal: la inteligencia emocional.
¿Qué entendemos con el término inteligencia emocional?
La inteligencia emocional, así como delineada por el psicólogo Daniel Goleman, es un constructo que incluye cuatro clases de habilidades: la autoconciencia, el autocontrol, la empatía y las habilidades sociales.
Como todas las habilidades también estas se pueden entrenar a lo largo de la vida y en este artículo veremos cómo mejorar nuestra inteligencia emocional.
Podemos definir cada una de las cuatro habilidades como:
La autoconciencia se refiere a la capacidad de reconocer el momento en que experimentamos una emoción, de que emoción se trata y por qué razón surge dicha emoción.
Para mejorar nuestra autoconciencia primero tenemos que aprender a reconocer cada emoción e intentar ampliar nuestro diccionario de las emociones. De hecho, además que las emociones básica como miedo, tristeza, enfado, disgusto y alegría hay muchas más emociones como la sorpresa, la vergüenza, la envidia, la aversión etc. Aprender cual son los efectos fisiológicos de estas emociones en nuestro cuerpo es un primer paso para así poderlas reconocer en el momento que se activan.
La mayoría de nosotros vivimos desconectados de nuestras emociones, pero las emociones son una importante guía para nuestra conducta y reprimirlas no es saludable. Aprende a conectar con tus emociones y a entender cómo influyen en ti parándote a observar y a reflexionar sobre porque algo te hace sentir de una determinada forma.
Una vez que hayas entrenado esta habilidad podrás también entrenar el autocontrol; con este término nos referimos a la habilidad de gestionar y manejar las emociones, de controlar los impulsos y retardar una recompensa.
Hasta que no seas consciente de qué emoción se ha activado será difícil controlarla. No te opongas a tus emociones, intenta aceptar también las emociones que generan sensaciones desagradables y tomalas como guía para tus pensamientos y tus decisiones.
Aprende a conocerte y así podrás conocer también a los demás y mejorar tu nivel de empatía, que es la tercera habilidad de la inteligencia emocional que te permite reconocer las emociones y así poder actuar de la mejor manera en las situaciones sociales. Tener empatía te ayudará a tener relaciones más sanas y más satisfactorias y a proteger tu autoestima, ya que aprenderás a no tomártelo todo a lo personal y podrás reconocer las emociones, como por ejemplo el miedo que se esconde detrás de un comentario agresivo.
Una vez que hayas mejorado tu nivel de empatía y de acierto de las emociones de los demás podrás utilizar este conocimiento de manera constructiva para relacionarte satisfactoriamente con los demás y mejorar el cuarto aspecto de la inteligencia emocional, es decir las habilidades sociales que te permiten gestionar conflictos con más facilidad, comunicarte claramente e influir sobre las personas en manera positiva.
Aplicándote y enfocando tu atención en tus emociones de manera práctica estarás favoreciendo la creación y el refuerzo de estas redes neuronales que te permiten tener nuevos hábitos que incrementaran tu nivel de inteligencia emocional.
Algunas técnicas que utilizamos en Neuroscenter para mejorar la inteligencia emocional son la meditación, en específico la técnica de la atención plena que nos ayuda a ser más conscientes del momento presente, el EMDR que permite detectar y solucionar los traumas emocionales que te han llevado a reprimir y a desconectarte de tus emociones y el Neurofeedback, que es una forma de entrenamiento cerebral y de autodescubrimiento.
