La atracción fatal entre un narcisista y un empático

Narcisismo y Empatía

En este artículo examinaremos una de las relaciones más tóxicas que se pueden crear: la relación entre un narcisista y un empático. Como en todo en la naturaleza existen polos opuestos y la ley de que los polos opuestos se atraen, es verdadera, sobretodo en el momento de relacionarnos con los demás.

Ser una persona empática es algo bueno, pero, como en todo, cuando la empatía es desmesurada es insana. Una persona con demasiada empatía, es una persona que no sabe amarse bastante como para poder saber poner un límite entre si mismo y los demás, ya que vive todas las emociones de los demás como si fuesen suyas e intenta con toda sus fuerzas protegerlos, sin saber que no nos es posible salvar a nadie, salvo a nosotros mismos.

Lo que el empático y el narcisista tienen en común es una profunda herida emocional que tiene su raíz en la mayoría de los casos en la niñez. Puede ser que los dos hayan tenido una figura de referencia narcisista que no le has podido dar el amor que cada niño necesita, haciéndole creer que la única manera para recibir amor es acomodándose y cumplir con todos los deseos del frágil ego de la persona narcisista.

Debido a la fragilidad del ego y a la intensidad de la herida emocional, uno de los dos, en este caso el narcisista, ha desarrollado con los años un trastorno de personalidad caracterizado por defensas muy rígidas que le ha llevado a ser manipulador, envidioso, pretencioso, a tener muy altas expectativas hacía los demás y un inmenso sentido de auto importancia.

Detrás de una personalidad narcisista se encuentra una persona con un nivel de autoestima tan bajo que necesita constantemente buscar aprobación, validación y apoyo por los demás, y eso es lo que una persona con un exagerado nivel de empatía mejor sabe hacer: amar y dar apoyo a los demás más de lo que hace consigo mismo debido, también, a un bajo nivel de autoestima y poco amor propio compensado por un ego más fuerte y estable.

Es por este motivo que estos dos polos opuestos se atraen con mucha facilidad: el empático necesita para sentirse valido ayudar y salvar a los demás y el narcisista necesita este amor sin límites.

¿Cómo se desarrolla esta relación?

Al principio de la relación, el narcisista, debido a su autoimagen grandiosa, actuará como la mejor pareja del mundo, haciendo sentir el empático especial y amado a la vez, para que este caiga en la trampa del narcisista: estar bajo su control.

En este punto la relación empieza a volverse tóxica para el empático, ya que el narcisista tendrá el poder de generar un sentimiento de culpabilidad tan fuerte en el empático cada vez que este no cumpla con sus deseos y sus expectativas, que llevará al empático a sentir la necesidad de hacerlo. Así empieza un círculo vicioso en que el narcisista manipulará al empático todas las veces que lo necesite y poco a poco éste se sentirá más frágil, desequilibrado y necesitará al narcisista, desarrollando una dependencia emocional.

Lo peor de todo esto es que el empático es incapaz de ver el lado oscuro de los demás, ya que ingenuamente cree que todo el mundo es bueno y tiene buenas intenciones como él, mientras que el narcisista es una persona capaz de succionar el alma de todas las personas con quién está relacionado.

Si reconocéis este tipo de relación y de personalidad en amigos, familiares o personas queridas es importante ayudarles a tomar conciencia del problema para que puedan acudir a terapia y aprender a amar de una manera más sana.

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