LoRETA: una nueva forma de hacer Neurofeedback

En las últimas décadas, los avances científicos y el desarrollo de nuevas terapias psicológicas nos han ayudado a entender cada vez más la importancia que tiene la conectividad cerebral para nuestro bienestar psicológico, y el correcto funcionamiento cognitivo.

Aunque al principio de las investigaciones científicas, las emociones y la cognición, eran vistas como dos conceptos y procesos neurales distintos y separables, los recientes hallazgos en el campo de la medicina psicosomática, de la psiquiatría, las neurociencias y la psicología nos están invitando a reevaluar la jerarquía cerebral en la que hemos creído hasta ahora.

El cerebro humano es el sistema más complejo del universo y cuanto más descubrimos sobre sus misteriosos mecanismos de funcionamiento, más somos conscientes de lo poco que sabíamos antes. Estos descubrimientos son fundamentales para desarrollar nuevas técnicas de intervención y de terapia, que estén al alcance de todos y que sean más rápidas y efectivas para aliviar diferentes tipos de síntomas. Los síntomas que se tratan a través del entrenamiento con Neurofeedback, por ejemplo, pueden ser cognitivos: falta de atención, concentración, problemas de memoria y/o la ralentización del procesamiento de la información. O pueden ser también síntomas de carácter más emocional: falta de motivación, prevalencia de emociones como la angustia, ansiedad, tristeza sobre emociones positivas o incluso la inestabilidad emocional.

Si hasta hace pocos años la única esperanza para aquellos que padecían una enfermedad neuropsicológica o un trastorno mental, eran años de tratamiento y muchas sesiones de psicoterapia o probar diferentes tipos de medicamentos hasta encontrar aquello que conseguía controlar los síntomas sin producir muchos efectos secundarios, ahora es posible mejorar la calidad de la vida de dichas personas en menos tiempo y con resultados esperanzadores.

El desarrollo de las investigaciones científicas y la integración de diferente disciplinas nos ha permitido, de hecho, crear nuevas terapias que se van perfeccionando y mejorando a medida que encontramos nuevos hallazgos sobre el funcionamiento cerebral.

El Neurofeedback con LoRETA, así como el EMDR, se podrían definir como terapias trasformadoras, que a diferencia de las terapias que contrarrestan los síntomas, como por ejemplo la psicoterapia tradicional o el Neurofeedback sobre el neo córtex, producen cambios en los centros más profundos del cerebro, que son los centros emocionales: los mismos centros que influencian el funcionamiento de los altos centros de pensamiento del neo córtex.

Podemos pensar en el clásico Neurofeedback cortical como si fuese una terapia que contrarresta, como la terapia cognitivo-conductual: las dos de hecho, aunque en una modalidad distinta, tienen el mismo principio. Es decir, fortalecer la inhibición por parte de los centros más altos del neo córtex sobre las áreas emocionales, para así controlar la perturbación emocional. Las dos proporcionan al paciente un aprendizaje cortical que puede competir con los caminos neurales de la perturbación emocional. Esto no significa que estas terapias no sean efectivas, de hecho sus resultados son prometedores, la única diferencia es que necesitan más tiempo para lograr un cambio efectivo y estable de la manera en la que el cerebro trabaja.

El LoRETA, o Neurofeedback 2.0 como nos gusta llamarlo, nos permite predecir cuál es la actividad de las zonas subcorticales, es decir, del cerebro emocional, y así tener un cuadro completo de la actividad cerebral. Nos proporciona la posibilidad de trabajar y entrenar el funcionamiento de una amplia gama de zonas y circuitos cerebrales, como también los emocionales.

En muchos casos, sobre todo cuando tratamos trastornos del estado de ánimo o de estrés traumáticos y ansiedad, muchas funciones cognitivas como la memoria, la velocidad de procesamiento de la información, la atención, la concentración, etc., se ven afectadas, ya que el neo córtex tiene que adaptarse a la perturbación emocional produciendo así una modificación de su actividad, la cual va generando estos tipos de síntomas cuya raíz se encuentra en los centros más profundos del cerebro no accesibles a la conciencia, ni a la voluntad consciente de la persona.

Terapias como el EMDR y el Neurofeedback ejercidos sobre las zonas subcorticales nos ofrecen la esperanza de poder ayudar todos aquellos pacientes que luchan contra estas disfunciones de la actividad cerebral que afectan a su vida en diferentes grados de severidad, pero que son absolutamente reversibles y de una forma cada vez más rápida y efectiva.

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