La ansiedad es la reacción del sistema nervioso ante situaciones de riesgo o peligro. Es uno de los principales motivos por los que un paciente suele acudir a un centro psicológico.
Los síntomas principalmente suelen ser taquicardias, insomnio o sudoración espontánea, es decir, sin que medie un motivo físico externo como la práctica deportiva o una temperatura ambiental elevada. Además estos síntomas son inicialmente incontrolados.
Aunque es importante identificar y trabajar para reducir el origen de la ansiedad (trauma, evento, acumulación de tareas, alta exigencia, etc…), también es cierto que podemos recurrir a un buen centro psicológico en el que nos ayuden con técnicas de relajación para reducir la ansiedad.
Las siguientes, son técnicas que pueden ser de gran valor y bien dirigidas pueden ayudarnos a reducir los síntomas de ansiedad:
1- Respiración relajante
Esta técnica es ideal para llevar a cabo en cualquier sitio, en un atasco, en la oficina o en la cama.
-Paso 1 – Exhala todo el aire de tus pulmones.
-Paso 2 – Inhala durante 3 segundos
-Paso 3 – Retén el aire en el interior durante 6 segundos
-Paso 4 – Exhala durante 6 segundos.
Esta técnica puede modificarse según la capacidad pulmonar de cada uno. Siendo siempre necesario que la exhalación corresponda al doble de tiempo que la inhalación. Empezamos con una secuencia de 2-6-4 y podemos avanzar hasta un 4-6-8 o más.
2- Relajación muscular progresiva o Relajación de Jacobson
Bajo las directrices de un profesional especializado esta técnica puede resultar especialmente efectiva.
Inicialmente la postura debe ser de reposo, bien en una silla o en una cama. Cerrar los ojos e ir identificando los grupos musculares. Tras ello, ir paulatinamente contrayendo y relajando determinados músculos. La tensión muscular debería mantenerse durante aproximadamente 10 segundos y la relajación otros 10 segundos.
3- Neurofeedback
El neurofeedback es un tratamiento no invasivo que actúa sobre la función cerebral. Esta técnica realiza inicialmente un mapeo cerebral a través de unos sensores que indican las zonas importantes a trabajar. A continuación se realiza un trabajo cognitivo con estimulación visual y auditiva.
4- EMDR
Esta es una técnica de estimulación bilateral cerebral. Se estimula de manera ocular con pequeños movimientos, a través de ligeros golpecitos o mediante sonidos. Esta técnica se utiliza esencialmente ante bloqueos producidos por traumas al hacer fluir la información de un hemisferio al otro, estimulando las soluciones más apropiadas en cada situación.