Conocido también como síndrome del cambio de zona horaria o desincronosis, el Jet Lag es un síndrome transitorio que afecta directamente nuestros ritmos circadianos, los cuales son responsables de regular los cambios en nuestras características físicas y mentales, que ocurren en el transcurso de un día.
La mayoría de los ciclos circadianos son controlados por el reloj biológico de nuestro organismo, que se encuentra en una zona de nuestro cerebro llamada hipotálamo.
Al realizar largos viajes en avión atravesamos varias zonas horarias en un periodo breve de tiempo, y este es el factor responsable de las alteraciones que van a afectar el sueño, la cognición y la digestión.
Pero no necesariamente hace falta viajar para experimentar los efectos del Jet Lag. Los inconscientes hábitos de dormir pueden desarrollar un escenario muy similar.
El Jet Lag Social, como es llamado, se origina por la descompensación que se produce cuando hay grandes diferencias entre el horario de sueño del fin de semana (o días libres) y los patrones de sueño entre semana.
Esta descompensación horaria puede atentar contra nuestro bienestar, ya que diversos estudios científicos encontraron una relación no causal entre un gran Jet Lag Social y varios indicadores metabólicos de una salud pobre.
Deterioros en la salud, peor estado de ánimo y mayor somnolencia y fatiga, son algunos de los síntomas que pueden relacionarse con el Jet Lag Social.
Los investigadores sugieren que no solo la duración del sueño, sino también la regularidad en el horario, juegan un papel importante para nuestra salud.
Está claro que respetar tu cronotipo se hace complicado cuando tienes que coger el transporte antes de que amanezca si quieres llegar a tiempo al trabajo, o todas las horas extra hechas hasta la entrada de la noche para aprovechar hasta el último minuto del día. Pero una vida más saludable y equilibrada supone el trabajo a diario de autoconocimiento y desarrollo personal de uno mismo.
Así que, ¿ya te has preguntado hoy como utilizas tu tiempo?
