El alzheimer, etapas por las que atraviesa el afectado

España es uno de los países del mundo con mayor porcentaje de enfermos de demencia entre la población de más de 60 años. Según un estudio llevado a cabo recientemente por  OECD “Health at a Glance”, el 6,3% de los españoles de estas edades sufren algún grado de demencia. Solamente Francia e Italia se encuentran por encima de nuestro país en este ranking. Aunque hay que decir que aquellos países en los que hay mayor prevalencia del Alzheimer también son los que cuentan con una mayor esperanza de vida. De hecho, según las previsiones, España será el cuarto país del mundo con la media de edad más alta.

Cuando un paciente es diagnosticado de Alzheimer, el promedio de vida es de entre 10 y 12 años. Un periodo en el que va pasando por tres fases que definen el estado del enfermo en el marco de la evolución y ayudan a los médicos a seleccionar los medicamentos. Aunque lo cierto es que a día de hoy se trata de una enfermedad que no tiene cura. Con lo cual, conforme el paciente va avanzando en estas fases va experimentando un continuo y progresivo empeoramiento. No obstante, es importante que tanto los cuidadores como los familiares las conozcan para saber cómo actuar en cada etapa de la enfermedad. En Neuros Center, como especialistas en terapias de neurofeedback y EMDR en Barcelona para diferentes áreas de intervención, entre ellas el Alzheimer, hoy te explicamos los cambios que va experimentando el paciente en cada fase de la enfermedad.

Etapa inicial

En esta primera etapa el enfermo empieza a sufrir pérdidas de memoria. De forma ocasional olvida algunas cosas, puede desorientarse y perderse, y olvidar citas o nombres de personas. El problema es que muchas veces no se le da demasiada importancia por ser bastante leves, pero con el tiempo pueden terminar interfiriendo en la vida diaria de la persona. Además, se experimentan cambios de humor o incluso enfados por parte del enfermos cuando es consciente de que está perdiendo el control de lo que le rodea. Generalmente hablan con frases más cortas, mezclan ideas que no tienen coherencia entre ellas y encuentran dificultades para encontrar las palabras adecuadas. No obstante, siguen razonando adecuadamente.

Etapa intermedia

En esta segunda fase la situación se agrava y ya no existen dudas sobre la enfermedad. La memoria reciente se ve reducida y comienzan a experimentarse cambios de comportamiento más acusados, con episodios de miedos, alucinaciones y agresividad. El paciente se vuelve más dependiente y necesita ayuda para realizar las tareas diarias. Las rutinas y conversaciones superficiales pueden no verse afectadas pero conforme la enfermedad avanza, empiezan a surgir dificultades. A nivel de lenguaje el paciente repite frases, no las termina y tiene problemas para relacionar y diferenciar conceptos. Además, el sistema psicomotriz también se ve afectado, pudiendo llegar a perderse el equilibrio, sufrir caídas espontáneas y necesitar ayuda para caminar.

Etapa avanzada

Se trata de la última fase del Alzheimer, cuando el paciente ya depende totalmente de otras personas para su vida diaria, incluso en las tareas más básicas como comer, limpiarse o moverse. La memoria tanto a largo como a corto plazo se pierde y dejan de reconocer a sus familiares y amigos. Su comportamiento es una regresión a la infancia: llora, grita, no entiende las explicaciones y pueden experimentar comportamientos desinhibidos o violentos. Apenas hablan y en muchos casos permanecen rígidos. Además, a nivel físico tienen problemas para controlar sus esfínteres, les cuesta tragar y no controlan sus movimientos. Es entonces cuando aumentan los riesgos de desnutrición, deshidratación, heridas por inmovilización, etc. De hecho, la causa de la muerte suele estar relacionada con este tipo de complicaciones. Todo ello hace que se trate de un momento muy difícil tanto a nivel físico como emocional para los cuidadores y familiares, que además deben afrontar que el final de la vida está cerca.

Así pues, el Alzheimer pasa por una evolución lenta y progresiva con problemas más ligeros durante la primera fase, pero avanzando hacia otros más graves en las últimas fases. El tiempo de vida de una persona que sufre Alzheimer varía de una persona a otra, pero de media no suelen superar los 10 años tras haberse realizado el diagnóstico. Lo que se desconoce es porque existen estas diferencias en la esperanza de vida de los enfermos.

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