Como bien sabemos, el miedo es una emoción primaria negativa del ser humano que a lo largo de los años nos ha sido útil para prevenir situaciones que conllevan riesgo de peligro.
Cuando sentimos miedo, activamos un mecanismo de defensa que ante la percepción de un riesgo real o imaginario nos provoca una reacción de sobresalto que desencadena una respuesta bioquímica automática.
El objetivo primario del miedo es mantenernos a salvo, hecho que nos ha permitido a lo largo de miles de años constituir uno de los sistemas de aprendizaje más efectivos para los seres humanos.
El problema es que no siempre tenemos miedos reales. Es decir, no solo tenemos miedo cuando percibimos una amenaza real sino también cuando imaginamos una situación que podría representar un peligro. Esto puede desatar un miedo irracional o exagerado que no corresponde al riesgo que representa el estímulo.
Hay muchos tipos de miedos. Uno de los más comunes y elementales es el miedo a la muerte, a dejar de existir. De este miedo se derivan muchos temores generalizados, como el miedo a volar en avión, a ir en coche, o a las alturas.
También podemos sentir miedo de hechos del pasado, aunque no exista ninguna posibilidad de que se vuelvan a repetir. La raíz del problema está en nuestro inconsciente y es muy difícil de controlar, pudiéndose activar en cualquier momento, por cualquier estímulo simple, como puede ser un simple ruido.
Nelson Mandela afirmó que “Aprendí que el coraje no era la ausencia de miedo, sino el triunfo sobre él. El valiente no es quien no siente miedo, sino aquel que conquista ese miedo”.
Esto significa que para rebasar nuestros miedos debemos acercarnos poco a poco a ellos. La manera de superarlos es estableciendo una graduación donde diferenciar las situaciones que nos causan menos miedo de las que generan más aprensión.
Al identificarlos podremos entender de donde provienen y empezar a controlarlos. Para superar todo tipo de miedos es beneficioso trabajar con técnicas como el EMDR, que nos permiten regresar al momento del pasado donde quedo anclado ese recuerdo desadaptativo, y así poder liberarnos de su carga emocional.
Desarrollar confianza en las propias capacidades e identificar que miedos son exagerados, nos permitirá empoderarnos y superar paso a paso esas barreras que nos impone nuestra mente con el miedo.
Si el miedo es incontrolable o se convierte en una fobia, es recomendable acudir a un psicólogo especialista. Si has llegado a este punto, en Neuroscenter te ayudaremos a localizar tus temores, y te damos las herramientas necesarias para liberarte de ellos. Supera tus miedos. Serás más feliz.
