Cómo abordar el abuso sexual infantil

La intervención de un psicólogo en un caso en el que haya alguna experiencia de abuso sexual requiere de profesionales cualificados para ello.

Afortunadamente nos encontramos ante una situación progresiva de aumento en la consciencia social sobre el respeto a las personas, cualquiera que sea su género.  A medida que como sociedad somos más conscientes y evolucionamos a hacia una mayor sensibilidad y no tolerancia a comportamientos sexistas o agresivos, tanto desde los organismos públicos como desde el ámbito privado, reducimos el malestar y mejoramos en el respeto hacia nosotros mismos como también hacia las otras personas.

Pero mientras esto no se revierta de forma definitiva mediante la prevención, educación, conscienciación y cambiando nuestro comportamiento, seguiremos encontrando en las consultas de los profesionales de la salud mental una elevada prevalencia de abuso sexual ya sea infantil o de agresiones en la adolescencia o adultez.

Sabemos que el cambio general a nivel de comportamiento y consciencia en cualquier sociedad es lento.  Por poner un ejemplo, en España a pesar de una gran inversión en planes de igualdad laboral, prevención en cuanto a violencia de género y de revertir/ equilibrar el sistema predominante machista, se sigue hablando de dificultades en la conciliación de la vida laboral, techo de cristal, agresiones o incluso víctimas mortales en el ámbito de pareja o familiar.Lamentablemente nos queda mucho camino por recorrer y por supuesto, personas que atender hasta que esta situación desaparezca o sea residual.

Si bien es cierto que no todas las personas que han sufrido un abuso sexual requieren de una intervención terapéutica, la mayoría de ellos acaban manifestando cierto malestar o sintomatología en relación a algunas áreas de la vida.

Es habitual encontrarse ante un cierto rechazo a revelar la situación vivida, a veces incluso se comenta tras varias sesiones de terapia como para realmente comprobar si se puede confiar con ese profesional a pesar de que éste haya realizado una buena evaluación y recogida de información inicial.

Esta desconfianza, la vergüenza en expresar la experiencia traumática es algo habitual. También lo es el sentimiento de culpa por no haber hecho nada, el rechazo a tener relaciones íntimas o no disfrutar de ellas… son algunas de las posibles consecuencias de ser víctima de un abuso.

En función del tipo de relación que exista entre la víctima y el agresor podríamos hablar de otro tipo de consecuencias. Habitualmente nos encontramos ante una persona del círculo próximo de la familia, de género masculino como perfil de agresor, ya sea el padre, hermano, familiar cercano o amigos de ellos. La vinculación es un factor importante ya que puede llegar a interferir en nuestro sistema de apego y consecuentemente en el tipo de interacciones y relaciones sociales que tendremos en la adultez.

Por otra parte es importante identificar si ha habido una experiencia o han sido varias veces las que han ocurrido ya que añade un poco más de complejidad. En cualquier caso es importante saber y transmitir a todas aquellas personas que hayan sufrido de un abuso, sean en la infancia o no, que si experimentan malestar o sienten que en alguna manera les puede estar interfiriendo en la vida tienen la posibilidad de revertir este sufrimiento de forma definitiva.

Suele ser habitual acudir a un profesional tras pasar muchos años desde el suceso. Suele ser mujer, sobre los 30 o más años que decide trabajarse personalmente y mejorar.También es frecuente cuestionarse este tema “tabú” durante muchos años al plantearse la maternidad o incluso habiéndolo sido, acercarse las edades de los hijos a la suya cuando se experimentó el abuso. Pueden ser detonantes frecuentes para iniciar un proceso terapéutico.

El EMDR es una técnica específicamente diseñada para procesar el trauma como lo es el sufrir un ASI (abuso sexual infantil) o a cualquier otra edad. Dentro de todos los tipos de terapias y posibles intervenciones, el análisis de eficacia ante el trauma siempre acaba refiriendo a esta técnica como la más indicada.

Identificar un buen profesional en el cual poder confiar y permitirse trabajar sobre ello es un aspecto importante, ya que en caso contrario sería contraproducente.

Como cualquier otro profesional relacionado con el ámbito de la salud, mi objetivo es atender el malestar y sufrimiento emocional de las personas para intervenir sobre él y contribuir a la mejora en la calidad de vida.

La figura del psicólog@ poco a poco se va normalizando y gracias a las mejoras y evolución en las técnicas y terapias de tercera generación el tratamiento que se realiza es de mayor calidad y ello permite intervenir de forma más específica, con menor duración y mayor estabilidad a largo plazo.

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